X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

fin a aquella desagradable entrevista, las di por terminadas.
 Hoy es viernes  le dije . Denos usted de plazo hasta el próximo jueves y le
contestaremos definitivamente.
 Perfectamente  contestó el notario . Si usted quiere m�s tiempo, p�dalo. 
Cogió el sombrero para marcharse, pero se detuvo y continuó:  Por cierto, �no
ha vuelto usted a saber nada de la loca que escribió el anónimo?
 Nada  le contest� . �Sabe usted algo de ella?
 Todav�a no  me contestó . Sin embargo, no perdemos las esperanzas. Sir
Percival tiene la sospecha de que alguien la esconde, y estamos vigilando a ese
alguien.
 �Se refiere usted a la vieja que la acompa�aba en Cumberland?
 Al contrario, mi querido amigo  contestó el se�or Merriman . Tampoco
hemos conseguido coger a la vieja. El alguien ese de que hablo es un hombre. No
le perdemos de vista aqu�, en Londres, y sospechamos fundadamente que estuvo
mezclado en la fuga de la enferma. Sir Percival quer�a entenderse directamente
con �l, pero yo le dije que era mejor que le vigil�ramos. Ya veremos lo que
ocurre. As�, pues, esperemos hasta el mi�rcoles, fecha en que espero tener el
gusto de recibir sus gratas noticias.
Y, sonriendo afablemente, salió de la habitación.
Estaba tan preocupado con las condiciones de aquel contrato que apenas si prest�
o�dos a las �ltimas palabras de mi colega. En cuanto me hube quedado solo
comenc� a cavilar en lo que deb�a hacer. Si mi cliente hubiera sido otro, yo
hubiera seguido sus instrucciones sin tener en cuenta mi opinión personal. Pero
yo no pod�a contemplar con tanta indiferencia los intereses de la se�orita Fairlie.
Experimentaba por ella un verdadero afecto mezclado con el respeto que la
memoria de sus padres me inspiraba y estaba decidido a no perdonar la menor
cosa con objeto de poner a salvó sus intereses. Hubiera sido in�til escribir de
nuevo al se�or Fairlie. Tal vez una entrevista ser�a el medio de conseguir algo de
�l. El siguiente d�a era s�bado. Me decid� a tomar un tren, saqu� billete de ida y
vuelta y met� otra vez mis huesos en un vagón, con objeto de convencer al
contumaz ego�sta. Ten�a pocas probabilidades de �xito, pero no quise dejar de dar
este paso. Una vez dado, mi conciencia quedarla tranquila sabiendo que hab�a
hecho todo lo posible por proteger los intereses de la hija de un buen amigo m�o.
Hac�a un d�a magn�fico cuando me dispuse a marchar. Mi m�dico me hab�a
recomendado el ejercicio, y acord�ndome de ello le di la maleta a un criado y me
dirig� a la estación a pie. En la esquina de Holborn se acercó a m� un joven y me
saludó. Era el se�or Hartright. Si �l no me hubiera saludado el primero, no lo
hubiese reconocido, tan cambiado estaba. Su rostro aparec�a ante mi p�lido y
demacrado; inseguras sus maneras, y su traje, que en otra ocasión me hab�a
llamado la atención por su sencillez elegante, me hubiese avergonzado verlo
vestir a uno de mis escribientes.
 �Hace tiempo que ha vuelto usted?  me preguntó Creo que ya han sido
aceptadas las explicaciones de Sir Percival. �Est� decidido el matrimonio? �sabe
usted, cu�ndo ha de verificarse?
Hablaba tan precipitadamente que no pod�a ni contestarle. Ignorando que su
intimidad con la familia Fairlie llegase al extremo de tener que darle cuenta de
sus asuntos privados decid� comunicarle lo menos posible con respecto al
matrimonio.
 El tiempo lo dir�, se�or Hartright. Ya lo ver� usted en los periódicos  le
dije . Lamento verle a usted tan desmejorado.
Una mueca nerviosa, que contrajo su semblante, me hizo arrepentir de haberle
contestado tan ligeramente.
 Tiene usted razón  repuso con amargura . No tengo ning�n derecho a
preguntar por este matrimonio, y debo esperar leerlo en los periódicos, como todo
el mundo. En efecto, se�or  continuó antes de que yo pudiera disculparme, he
estado enfermo. Ahora me voy fuera de Londres a cambiar de aires y de
ocupaciones. La se�orita Halcombe ha tenido a bien usar en mi favor de su
influencia y he sido aceptado. Voy muy lejos, pero no importa. No me importa ni
el clima ni lo que dure mi ausencia  y al hablar, miraba recelosamente a los
transe�ntes, como si sospechara que le segu�a alguien.
 Le deseo mucha suerte y un r�pido y feliz regreso  le dije, para aminorar mi
anterior impertinencia. Y a�ad�  : Voy ahora a Limmeridge a tratar de negocios.
Las dos se�oritas est�n pasando unos d�as en Yorkshire.  Brillaron sus ojos y
pareció que iba a decirme algo. Pero una segunda mueca se dibujó en su
semblante, y estrech�ndome fuertemente la mano se alejó con rapidez. A pesar de
que para m� era casi un extra�o, continu� inmóvil vi�ndole marchar, sintiendo
dentro de m� una mezcla de pena y de reproche. Indic�bame mi experiencia que
aquel muchacho se desencarrilaba y cuando me sent� en el vagón no ten�a
ninguna confianza con respecto al porvenir de Walter Hartright.
IV
Llegu� a Limmeridge a la hora de comer. Esper� que la buena se�ora Vesey me
acompa�ara, pero estaba enferma a causa de un resfriado, y los criados, al verme
de improviso, comenzaron hacer toda clase de suposiciones absurdas. Al anuncio
de mi llegada, me contestó el se�or Fairlie que tendr�a sumo gusto en verme al d�a [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • apsys.pev.pl
  • Drogi użytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.