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cuidó fallar la fija dueña grant e criada,
mas era la fazienda otra mient trastornada.
Estrángilo de Tarso, cuando 1 vïo entrar,
perdió toda su sangre con cuita e pesar,
tomó en su cobierta a la mujer rebtar,
mas cuidábase ella con mentiras salvar.
Salvó el rey sus huéspedes e fuelos abraçar,
fue d ellos recebido como debiá estar;
cataba por su fija que les dio a criar,
non se podié sin ella reir ni alegrar.
«Huéspedes, diz el rey, ¿qué pued esto seer?
«Pésame de mi fija, que no m viene veyer;
«querría d esta cosa la verdat entender,
«que veyo a vos tristes, mala color tener.»
Recudiól Dionisa, díxol grant falsedat:
«Rey, de la tu fija, creye certenidat:
«al coraçón le priso mortal enfermedat,
«passada es del sieglo, ésta es la verdat.»
Por poco Apolonio que 1 seso non perdió,
passó bien un gran rato qu él non les recudió,
que tan mala colpada él nunca recibió.
Parósse endurido, la cabeça primió.
Después, bien a la tarde, recudió el varón,
demandó beber agua, que vino quiso non;
tomó contra la huéspeda, dixol una razón
que debié a la falsa quebrar el corazón.
«Huéspeda, diz, querría más la muert que la vida
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«cuando por miós pecados la fija he perdida;
«la cuita de la madre, que me era venida,
«con ésta lo cuidaba aduzir a medida.
«Cuando cuidé agora que podría sanar,
«que cuidaba la haga guarir e encerrar,
«he preso otro colpe en es mismo logar;
«non he de melezina que me pueda sanar.
«Pero las sus abtezas e sus ricos vestidos
«poco ha que es muerta, aún no son mollidos;
«tener vos he a grado que me sean vendidos,
«que fagamos fatilas los que somos feridos.
«Demás quiero ir luego veyer la sepultura,
«abraçaré la piedra, maguer frida e dura,
«sus mi fija Tarsiana plañeré mi rencura,
«sabré de su fazienda algo por aventura.»
Dionisa finge un sepulcro, pero Apolonio no cree que su hija esté muerta y
decide regresar a Tiro.
Cosa endïablada, la burcesa Dionisa,
ministra del pecado, fizo grant astrosia:
fizo un monumento,rico a muy gran guisa,
de un mármol tan blanco como una camisa.
Fizo sobre la piedra las letras escrebir:
«Aquí fizo Estrángilo Tarsiana sobollir,
«fija de Apolonio, el buen rey de Tir,
«que a los XII años avés pudo sobir.»
Recibió Apolonio lo que pudo cobrar;
mandólo a has naves a los homnes levar,
fue él al monumento, su ventura plorar,
por algunas reliquias del sepulcro tomar.
Cuando en el sepulcro cayó el buen varón,
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quiso facer su duelo como habié razón;
aboxósel el duelo, el mal del coraçón,
non pudo echar lágrimas por neguna misión.
Tornó contra sí mismo, començó de asmar:
«¡Ay!, Dios, dime ¿qué puede esta cosa estar?
«Si mi fija Tarsiana yogués en est logar,
«non debién los mis ojos tan caro se parar.
«Asmo que tod aquesto es mentira probada,
«non creyo que mi fija aquí es soterrada:
«o me la han vendida o en mal logar echada.
«Seya muerta o viva a Dios acomendada.»
Non quiso Apolonio en Tarso más estar,
ca habié recebido en ella gran pesar;
tornósse a sus naves cansado de llorar.
Su cabeça cubierta, non les quiso fablar.
Navegación y tormenta. Arriban a Mitelene. Melancolía de Apolonio.
Mandóles que moviesen,pensasen de andar,
la carrera de Tiro pensasen de tomar:
sus días eran pocos, querrié allá finar,
que entre sus parientes se querrié soterrar.
Fueron luego las áncoras a las naves tiradas,
los mimos aguisados, las velas enfestadas;
tenién el viento bueno, las ondas bien pagadas
fueron de la ribera aína alongadas.
Bien la media carrera, o más, habién andada,
habián sabrosos vientos, la mar yazié pagada,
fue en poco de rato toda ha fe camiada;
tollióles la carrera, que tenién començada.
De guisa fue revuelta e imada la mar,
ue non habién negun consejo de guiar;
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el poder del gobernio hobieron desemparar:
non cuidaron ningunos de la muert escapar.
Prísohos la tempesta e el mal temporal,
sacólos de caminos el oratge mortal;
echólos su ventura e el rey spirital
en villa que Tarsiana pasaba mucho mal.
Fueron en Mitalena los romeros ribados,
habián mucho passado e andaban lazrados;
prisieron luego lengua, los vientos ya quedados:
rendían a Dios gracias, que eran escapados.
Ancoraron las naves en ribera del puerto,
encendieron su fuego, que se les era muerto,
enxugaron sus paños, lasos e de mal puerto,
el rey en todo esto non tenié nul conhuerto.
El rey Apolonio, lazdrado caballero,
naciera en tal día e era disantero,
mandóles que comprassen conducho muy llenero,
fiziessen rica fiesta, ochavario plenero.
En cabo de la nave, en rencón destajado,
echósse en un lecho el rey tan deserrado;
juró que qui 1 fablasse, seríe mal soldado,
del uno de los piedes serie estemado.
Non quisieron los homnes sallir de su mandado,
compraron gran conducho, de cuanto fue fallado;
fue ant de mediodía el comer aguisado:
cualquiere que vinié non era repoyado.
Non osaban ningunos al señor dezir nada,
ca habié dura ley puesta e confirmada:
cabdellaron su cosa, como cuerda mesnada,
pensaron de comer la compaña lazdrada.
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Antinágoras ve la nave en el puerto y sube a ella. Encuentra a Apolonio,
pero no se reconocen.
En esto Antinágora, por la fiesta passar,
salió contra el puerto, queriásse deportar:
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