[ Pobierz całość w formacie PDF ]
¿Sí? En fin, ¿a qué momento preciso piensas volver?
Cuando el coronel me acusó de traición. Ahora me defenderé con buenos argumentos y compartiré
con ellos mis secretos.
El huevo se convirtió en una sola faz, contraída por una irónica sonrisa.
¿A todos los hombres les falta lógica?
Y se desvaneció. Ilya se echó a reír.
Ellos no están en mi caso. ¿Cómo me van a entender? Si voy al futuro me tomarán por un impostor,
un loco o un aparecido. En cambio en el pasado... Claro que el coronel, que es tan ambicioso, puede
hacerme una jugarreta. ¡La cara que va a poner cuando le hable de la teleportación!
Se concentró en el momento preciso de la acusación que lo llevara al patíbulo.
Ilya se encontró bruscamente marchando por el arenal, entre Iván y Volodia. En sus oídos, dentro de la
escafandra, se oía la voz sarcástica del coronel.
Desgraciadamente, señor Kachur, no estamos en condiciones de mantener prisioneros. Son noventa
días de abandono en este desierto, ¿comprende? Por el buen éxito de esta expedición, usted debe morir.
Soy víctima de una calumnia, coronel. ¡Nunca he sido un traidor!
No se le ocurrían otros argumentos. Ante sus ojos se desplegaba el vasto arenal rojo. El sol estaba por
desaparecer tras los lomajes, cuyas sombras crecían a ojos vistas.
Tampoco podemos seguirle un juicio hecho y derecho, señor Kachur. Estado de emergencia. En
todo caso, usted ocupará un lugar destacado en la historia de esta conquista: el primer hombre muerto en
Marte por causas no naturales.
Iván y Volodia no lo miraban. Evidentemente, mantenían esa actitud para disimular su emoción. Debía
ser ingrato para ellos cumplir la tarea. Lo soltaron frente a una duna y, alejándose seis pasos, lo
encañonaron con sus fusiles. Ilya se armó de valor: hinchó el pecho y levantó la cabeza, tratando de sonreír
dentro de la escafandra.
¿Listo, señor Kachur?
Sí, coronel.
¡Fuego!
F I N
Título Original: Carrusel.
Digitalización, Revisión y Edición Electrónica de Arácnido.
Revisión 3.
[ Pobierz całość w formacie PDF ]